Al hablar de una palabra en otro idioma que no conocemos, lo más fácil es recurrir a las palabras que la forman para ver si de esta forma somos capaces de descubrir su significado.
En este caso la palabra scareware se encuentra formada por “scare” (miedo en la lengua de Shakespeare) y software (conjunto de programas, instrucciones y reglas para ejecutar ciertas tareas en una computadora u ordenador, según la RAE). Por tanto, podemos decir que un scareware es algo así como un «software de miedo».
Precisando un poco más, hablamos de una estafa a través de la cual los cibercriminales crean anuncios online o ventanas emergentes de “alerta” o “actualización” para intentar hacernos creer que nuestro dispositivo se encuentra en peligro inminente. En la mayoría de las ocasiones se presenta como software de seguridad de una compañía real y puede darse tanto en nuestros ordenadores como en los smartphones.
Como no podía ser de otra manera, ellos mismos nos ofrecen la solución ofreciéndonos un enlace para que nos descarguemos su «software salvador» y eliminemos estas amenazas de nuestro dispositivo.
Al hacer clic en este enlace pueden suceder dos escenarios.
Uno en el que instalamos y ejecutamos el programa este realiza una comprobación de seguridad falsa alertándonos de que, efectivamente, nuestro dispositivo está en riesgo y nos ofrece la solución siempre y cuando paguemos por otro producto falso.
De esta forma, tenemos un software que no nos protegerá en absoluto y además le hemos proporcionado a los ciberdelincuentes nuestros datos y los de nuestra tarjeta de crédito para que hagan con ellos lo que les venga en gana.
Y otro, en el cual el software que se descarga permite al creador infiltrarse en tu ordenador y/o bloquear su información personal. De esta forma, el estafador secuestra nuestro dispositivo y nos exige dinero si queremos recuperar los datos contenidos en el.
El scareware la mayoría de las veces sigue un patrón común. De forma repentina, aparecen ventanas emergentes que nos indican que se ha encontrado en nuestro ordenador archivos peligrosos o pornografía y no cesan de aparecer hasta que el usuario hace clic en los botones que «eliminan todas las amenazas«, o se nos pide que nos registremos para descargar un software antivirus.
En este momento, es cuando debemos tener la sangre fría y si el mensaje de antivirus no proviene de un programa que hayamos instalado, no debemos hacer clic en nada. La mejor opción es desconectarnos de Internet, apagar nuestro dispositivo y, nada más volverlo a encender, realizar un escaneo con nuestro antivirus.
Al igual que en la mayoría de riesgos en la Red, el sentido común es nuestra mejor arma contra esta estafa online.
Fuente: https://derechodelared.com/scareware/